Se calcula hoy que las reservas de gas en nuestro país, explotada por métodos convencionales, durarán menos de una década. Es decir, para el 2020 nos quedaríamos sin gas, o aún antes del 2020 si se sigue incrementando su uso para centrales térmicas y GNC.
LA BUENA NOTICIA:
Según una reciente noticia en “El Inversor” online, el país tendría cinco siglos de consumo gasífero asegurado. Este sitio refiere a un informe del DOE de EE.UU, en el que se dice que la Argentina tendría 774 billones de pies cúbicos de gas de esquisto, lo que abastecería al país por 500 años.
LAS MALAS NOTICIAS:
Extraer el gas de esquisto no deja de tener sus problemas.
Primero, el costo de hacerlo. Todavía no esta claro si explotar ese gas es económicamente viable, ya que para sacar el gas es necesario inyectar agua y otros productos químicos en los pozos (este proceso se llama hydrofracking), llevando el precio de extracción a un costo similar a los precios internacionales.
Segundo, el riesgo ambiental que se corre. Según un articulo del New York Times, del 16/4/2011, las industrias del gas se han negado a responder a una comisión del senado americano cuáles son los productos químicos que inyectan a la tierra para extraer el gas, de los cuales han inyectado 3.200 millones de litros de liquido que incluyen 650 productos químicos diferentes. Como el proceso debe abrir fisuras en la roca, se teme que se puedan contaminar con productos cancerigenos las napas de agua. Por ejemplo, se calcula que se han inyectado 45 millones de litros de benceno y gas oil, que pueden haber llevado el nivel de contaminación 93 veces por encima de lo permitido.
